Según el Herald Tribune, las baterías están siendo distribuidas por compañías con sede en la provincia de Guangdong, cerca de Hong Kong. Las baterías que pueden explotar bajo unas determinadas condiciones, han sido ensambladas por Motorola y Sanyo en Beijing, uno de las mayores zonas mundiales de producción de componentes electrónicos.
No se conoce con certeza cuántos teléfonos han acabado en contenedores con destino a países extranjeros, pero los capitanes de los barcos tienen las mejores esperanzas de una rápida travesía.
El anuncio llega sospechosamente cerca de la noticia que publicamos de la muerte de un joven chino, después de que su teléfono Motorola explotara en el bolsillo de su chaqueta.
Motorola y Nokia han negado cualquier vínculo con los distribuidores de las baterías problemáticas y han afirmado que deben ser de la serie económica.
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