I. del Castillo. Expansión La obligación comunitaria establece que los operadores móviles deberán implantar por defecto la nueva tarifa –es decir, a menos que elijan expresamente otra– a todos los usuarios a partir del 30 de septiembre de este año. La nueva tarifa establece un precio máximo de 49 céntimos por minuto para las llamadas realizadas y uno de 24 céntimos para las recibidas.
Pero la forma de cobro de estos precios es muy diferente entre los tres grandes operadores, sobre todo, en el primer minuto. Así, Movistar ha decidido ofrecer la nueva tarifa a todos los usuarios que se lo pidan –ya sean de contrato o de tarjeta– a partir del 29 de julio.
La operadora líder carga en el establecimiento de llamada el coste total del primer minuto, de forma que se asegura su cobro sea cual sea la duración de la llamada. Luego, el primer minuto no lo cobra y, a partir de ahí, el segundo minuto y siguientes los factura al precio fijado de 49 céntimos. Cuando se recibe una llamada, el comportamiento de Movistar es el mismo, aplicando todo el precio posible en el establecimiento de llamada, para no cobrar el primer minuto.
Vodafone aplica casi la misma política, aunque cobra dos céntimos menos en el establecimiento de las llamadas tanto realizadas como recibidas, y esa diferencia la cobra en el primer minuto. A partir de ahí, las tarifas son iguales para los tres. Eso sí, sólo pondrá voluntariamente a disposición de sus clientes esta tarifa para los usuarios de contrato. Los de prepago (tarjeta) deberán esperar al 30 de septiembre para beneficiarse.
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jueves, 26 de julio de 2007
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