Usted se ha cuestionado: ¿por qué el usuario debe cambiar de número si sustituye su proveedor de telefonía celular? La respuesta está en que la regulación que permita la portabilidad del número de teléfono entre compañías aún no se da en nuestro país.
De acuerdo a cifras recientes de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Suptel), existen más de nueve millones de abonados en telefonía celular respecto a los 13 millones de habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Según 3G América: los niveles de consumo promedio mensual son de 9 dólares, muy cercanos al de Colombia y aun por debajo de Brasil y Centroamérica con 13 y 11 dólares, respectivamente. Estos niveles de desarrollo de telefonía celular en Ecuador son comprensibles por las facilidades para la obtención del equipo, la cobertura y la disponibilidad del servicio respecto a la telefonía fija, que a nivel nacional cuenta con menos de 1,5 millones de abonados, entre Pacifictel y Andinatel.
Siendo tres las compañías que ofrecen este servicio en el Ecuador: Porta, Movistar y Alegro, valdría la pena considerar la posibilidad de cambiarse de operadora conservando el número, como código único, salvo que el cliente decida cambiarlo.
En las condiciones actuales, sin portabilidad, se expone al usuario a mayores gastos por la pérdida de contactos y clientes, molestias incluso para la renovación de tarjetas personales. Se debe mantener en una compañía hasta que el plan adquirido permita el cambio, limitado por el contrato.
Con la portabilidad del número (PN) se suprimiría el límite de introducción de nuevas operadoras, ya que serían los mismos números circulando entre compañías que se esfuerzan por atraer clientes con planes de consumo atractivos.
La Suptel tendría un mayor control y seguridad en el uso de comunicaciones, siendo necesaria su participación en el registro del “único” número que pasa entre operadoras de servicio.
La portabilidad facilitará la libre elección del usuario y la competencia de las operadoras.
Si se presenta la regulación adecuada, la barrera de entrada más importante en este mercado, que es la inversión inicial, podría ser pagada por las multinacionales sin problemas, permitiendo nuevos competidores e impactando directamente en los precios.
En la actualidad, Brasil, México y Chile analizan la implementación inminente de la PN. Como consecuencia de ello, los demás países de Latinoamérica avanzarán en este rumbo.
España, Finlandia y Estados Unidos tienen los mayores índices de portabilidad desde hace algunos años.
A nivel de Latinoamérica, Puerto Rico ya cuenta con PN, en donde la nueva compañía se encarga de realizar el cambio; la duración del trámite toma entre 2 y 48 horas y el único requisito es que no se tengan obligaciones pendientes con el antiguo proveedor del servicio.
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viernes, 20 de julio de 2007
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