El celular se impone a bordo

Hace tres años Boeing lanzó el primer servicio de conexión a internet por banda ancha en vuelo bajo el nombre de Connnexion by Boeing, pero ahora la compañía está decidida a cancelarlo por falta de rentabilidad.

Mientras tanto, su archirrival Airbus ya está listo para ofrecer a los viajeros aéreos servicio de roaming (servicio extendido) para que en pleno vuelo se mantengan conectados a tierra a través de sus celulares.

Con el servicio de internet de Boeing, vuelos como el Frankfurt-Washington de Lufthansa permitían trabajar, leer y navegar por la red con alta velocidad y una calidad extraordinaria por el precio de unos 30 dólares por vuelo —permitiendo estar comunicado en vuelos de larga distancia gracias al Messenger, Skype o el correo electrónico, e incluso ver en directo canales de TV que transmiten en línea y, por supuesto, hacer la reservación para entar el auto un hotel en el destino—, pero la compañía reporta haber registrado por este servicio unas pérdidas de casi 320 millones de dólares.

El servicio, que además posicionaba a Boeing por delante de Airbus en materia de comunicaciones a bordo, se instaló en 66 aeronaves de Lufthansa, y otras aerolíneas le siguieron como SAS, Japan Airlines, ANA, Singapore Airlines, China Airlines, Korean Air, Asiana Airlines y El Al Israel Airlines.

Pero mientas las aerolíneas buscan un nuevo proveedor de acceso a internet en vuelo, Airbus ha anunciado el lanzamiento a través de su filiar OnAir del servicio de roaming aéreo, que permitirá a los viajeros utilizar sus celulares dentro del avión una vez que se alcance la velocidad de crucero.

Vodafone, Air France y la aerolínea de descuento RyaAir, están ultimando los detalles para lanzar el nuevo servicio, que estará disponible en 2008. La aerolínea portuguesa TAP, la británica BMI y Airfrance tendrán un aparato en prueba este mismo verano, según informa OnAir, con el que se harán las pruebas comerciales.

RyaAir lo instalará en todos sus aviones —más de 200 Boeing 737 que vuelan solo en Europa— a finales de año, aunque aún falta ultimar las regulaciones legales en Europa.

Más difícil parece que se lance el servicio en breve en EU donde el organismo que regula las telecomunicaciones no da permiso para ofrecer el servicio por razones de seguridad. En Asia, AirAsia ya ha anunciado su intención de ofrecer el servicio en todos sus aviones en 2009.

Y es que aunque muchos aviones ya disponen de teléfono a bordo, a precios en torno a 10 dólares el minuto, no se ofrece servicio inalámbrico en cabina.

La solución de la filial de Airbus OnAir (www.onair.aero), que tiene un costo de instalación de unos 350 mil dólares por aeronave, crea una especie de minired inalámbrica local de baja intensidad, evitando que los celulares busquen conexión con las antenas de tierra, provocando interferencia en los instrumentos de vuelos.

A diferencia de la internet y teniendo en cuenta que el 99% de los viajeros viaja con un celular a bordo, mientras los usuarios de laptop son aún minoría, se estima que este negocio tiene viabilidad económica.

Una encuesta realizada por la aerolínea Iberia señala que más del 50% de sus clientes utilizaría el servicio a la tarifa normal de roaming que la Unión Europea ha establecido en 49 céntimos de euros el minuto (unos 66 centavos de dólar).

"No hablar" sustituirá a la señal luminosa de "no fumar".

Y es que en pocos años, la señal de "no fumar" en los aviones, ya obsoleta al estar prohibido en prácticamente todo el mundo, será sustituida por el luminoso de "no usar celular" que será encendido cuando la tripulación de cabina lo estime, como en las horas de sueño, aterrizaje o despegue.

Algunas aerolíneas esperan que sean las operadoras telefónicas las que instalen y costeen la adaptación de los aviones, y luego compartan una parte de los ingresos con la aerolínea.

OnAir.aero ya ofrece servicios de internet a bordo. Si las redes que se instalen en los aviones son 3G sería posible utilizar las mismas para navegar con el blackberry, el celular o otros dispositivos, pero a un precio de cinco euros (seis dólares) por 10 minutos, a no ser que se lancen ofertas específicas.

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