DE todas las calamidades que debe soportar un móvil, la playa es probablemente una de las más apocalípticas. La combinación de arena, salitre, agua y bronceador pringoso pueden acabar con la vida de muchos dispositivos. Eso cuando no los ensucian hasta el punto de que no se puedan usar, sobre todo si disponen de pantallas táctiles. El calor hace que se lleve menos ropa y el móvil o la cámara suele alojarse en bolsillos o mochilas donde queda expuesto a suciedad, agua y golpes.
Para rematar la faena, los cambios bruscos de temperatura al entrar en locales con aire acondicionado, el calor o la humedad facilitan la condensación de agua dentro de los aparatos menos resistentes. Cada vez son más los fabricantes que incorporan la inscripción 'waterproof' (a prueba de agua) en sus dispositivos o crean gamas específicas de aparatos para uso en exteriores.
La estanqueidad de un dispositivo eléctrico o electrónico no es algo que el fabricante aprecie a ojo de buen cubero. Existe un organismo conocido como Comisión Internacional Electrotécnica, que se encarga de dictar los estándares de calidad para productos eléctricos y electrónicos. Uno de estos estándares es la norma IP o Ingress Protection. Se trata de una clave formada por las siglas IP seguidas de dos o tres dígitos. El primero, del uno al seis, indica lo protegido que está el dispositivo contra la entrada de objetos extraños. Sólo los niveles cinco y seis garantizan la protección contra polvo o arena.
Señal de identificación
El segundo dígito, que varía de uno a ocho, indica cual es el nivel de estanqueidad del dispositivo contra líquidos. Los seis primeros niveles indican protección contra salpicaduras o chorros en distintos ángulos. Un siete implica que el dispositivo es sumergible hasta 1,5 metros por cortos períodos de tiempo y el ocho asegura estanqueidad total a mayor profundidad.
La última cifra del código IP no siempre figura. Es la que indica la resistencia al choque del dispositivo y va del uno al nueve. Como en los anteriores, cuanto más alta es la cifra mejor es la protección. Los relojes de pulsera no están sujetos a esta norma sino que se guían por las ISO 2281 y 6425. La primera es para los relojes de uso diario que resisten pequeñas inmersiones o salpicaduras. La segunda se aplica a los que realmente pueden sumergirse a cierta profundidad y son aptos para submarinismo
La mala noticia es que estos certificados no son en absoluto obligatorios para los fabricantes de dispositivos de consumo doméstico. Sólo determinadas instituciones y organizaciones están autorizadas para emitirlos y muy pocos productos los incorporan en su etiquetado. El consumidor de a pie debe conformarse con leer atentamente el manual de instrucciones del dispositivo y esperar que lo que allí pone no sea erróneo. La estanqueidad para productos como cámaras de fotos o MP3 no es nueva, pero se ha incorporado de forma bastante tardía al mercado doméstico y aún son pocos los productos con esta característica.
Carcasas protectoras
Los amantes del aire libre o aquellos que quieran proteger su móvil o PDA de las inclemencias veraniegas siempre pueden optar por utilizar carcasas o fundas estancas. Las carcasas subacuáticas son un accesorio bastante habitual en fotografía y con un precio bastante alto en función del modelo de cámara. Poco a poco, estas carcasas han ido entrando en otros mercados como el de las PDA o los MP3. La última moda para estos dispositivos son los auriculares sumergibles que permiten usarlos sin precauciones en la piscina o la playa
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viernes, 3 de agosto de 2007
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