En años recientes los teléfonos celulares han bajado tanto de precio que es común que al primer desperfecto sus usuarios no se molesten por repararlos y opten simplemente por comprar uno nuevo. Uno de los accidentes que pueden acabar con la vida de un celular es el dejarlo caer en agua, una ocurrencia común cerca de albercas o cuando se le coloca en lugares poco convenientes.
Ante esta eventualidad, la mayoría de los usuarios sólo esperan que pasado cierto tiempo la humedad se haya evaporado y no haya dejado daño permanente. También hay quien, en un intento por eliminar el agua rápidamente, aplican calor al teléfono, lo cual puede ocasionar daños aún más graves. Si no desea desembolsar su dinero por un nuevo celular hay una manera muy sencilla de eliminar los restos de humedad, pero debe actuar de manera inmediata.
Los primero que debe hacer es separar la batería y, de contar con una, la tarjeta SIM (mejor conocida como "el chip"). La batería es la más propensa a dañarse, pero también la más sencilla y barata de reemplazar, así que no se preocupe mucho por ella. Seque la tarjeta SIM con una toalla: aún si su teléfono no puede salvarse, al menos puede mantener segura su información.
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sábado, 28 de junio de 2008
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