La rotura de un oleoducto submarino en Chile ha vertido al mar el equivalente a 2.000 barriles de crudo. El derrame ha afectado a la bahía de San Vicente, próxima a la ciudad de Concepción, situada a 510 kilómetros al sur de la capital, Santiago de Chile. El crudo, de la compañía ENAP, ha impregnado a una comunidad de leones marinos y ha provocado la muerte de aves de varias especies.
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