Cuando Steve Jobs enseñó en enero el último producto de la factoría Apple, miles de fanáticos de la tecnología, seguidores de la marca de la manzana o simplemente curiosos en todo el mundo, se quedaron prendados por la curiosidad. Hoy sus preguntas encontrarán respuesta, porque sale a la venta en Estados Unidos el iPhone.
El lanzamiento del invento que pretende revolucionar el mundo de los dispositivos portátiles está rodeado de un enorme misterio: no se sabe mucho más que se venderá en las tiendas de la marca y en las de AT&T, el operador teléfonico exclusivo con el que está asociado, y que en su versión más sencilla costará nada menos que 499 dólares.
Nadie en las tiendas asignadas está "autorizado" a hablar del aparato, lo que sólo ha hecho crecer la ansiedad de los futuros compradores, algunos de los cuales ya se acercaban para ver si se formaban filas que les impidiesen hoy hacerse con el deseado instrumento.
Los comercios en cuestión cerraron hoy cuatro horas durante el día para preparar la decoración y colocar los modelos en los escaparates y estanterías a la espera del gran momento.
Desde que con su habitual estilo informal y desenfadado Jobs enseñó el teléfono en la feria Macworld, nadie fuera de la compañía lo vio, a excepción de un muy reducido de periodistas especializados que tuvieron la oportunidad de probarlo.
Forma parte de la estrategia. "Con su camiseta, sus jeans y su barba de tres días, (Jobs) levanta la mano y dice 'iPhone'. Y todo el mundo sabe desde ese momento que va a ser algo enorme, monumental y transformador", citó "The Seattle Times" a Marc Gobé, un experto de marketing de Nueva York.
Jobs y Apple están cuidando con mucho tacto todos los detalles, porque quieren hacer del iPhone su tercera revolución. La primera llegó en 1984 con la presentación del ordenador Macintosh, cuyo sistema de ventanas aprovechó después universalmente Microsoft con su Windows.
La segunda llegó cuando la compañía pasaba por el peor momento de su historia, a caballo entre siglos: el lanzamiento del iPod, el más conocido de los reproductores de música en formato MP3 no sólo la salvó, sino que la elevó a una de las más rentables y con mejor imagen del mundo.
Dos meses hubo que esperar para saber algo más, hasta la ceremonia de los Oscar, a finales de marzo. Ante su multimillonaria audiencia en Estados Unidos, Apple presentó el primer anuncio televisivo del ingenio, con tomas muy cercanas y desde todos los ángulos.
Las imágenes se centran en lo que todos destacan es la más atractiva caraterística del iPhone: no tiene teclado, y todas las funciones se manejan a través de una pantalla táctil repleta de color. Se sabe además que será muy fino y ligero, y que saldrá en dos versiones: uno con capacidad para 4 gigabytes y otro con 8 gigabytes que costará 599 dólares.
Probablemente por todo lo creado a su alrededor, los críticos lo fueron más que nunca. "The New York Post" fue de los más convencidos: "Es una maravilla tecnológica". "The New York Times" admitió que "está a la altura de todo el revuelo", aunque aseguró que "no es perfecto", y citó especialmente la escasa duración de la batería.
El más duro, sin duda, fue el canadiense "The Globe and Mail", que no se centró en lo que ofrece el iPhone, sino en lo lo que no ofrece respecto a otros modelos de la competencia.
Según su crítico: AT&T no ofrece tecnología 3G de transmisión de datos, la batería no es extraíble, no toma videos, no se puede insertar una tarjeta de memoria, no se puede acoplar un receptor GPS, no permite enviar fotos adjuntas a mensajes de texto ni mensajería instantánea.
articulo original
viernes, 29 de junio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario