Llegar y besar el santo. Así podría definirse el aterrizaje en Estados Unidos del último grito de Apple: el iPhone. El "teléfono inteligente" ha causado un furor sin precedentes en su primer día de ventas en el país de las oportunidades. Las colas en las tiendas son interminables y muchos pasaron la noche esperando a que abriesen para hacerse con el teléfono de un solo botón.
En San Francisco, por ejemplo, la cola era de 200 personas. Es la fiebre iPhone, que deja a la altura del betún a las provocadas por otros productos, como las consolas de Sony o Nintendo, o las versiones de Windows, de Microsoft.
El iPhone se ha convertido en un fenómeno de masas desde el primer día, y por el momento, no hay nada que pueda hacerle sombra. Por el momento, todo es muy bonito para la compañía de la manzana, pero los expertos tienen opiniones diferentes acerca de la repercusión del aparatito.
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sábado, 30 de junio de 2007
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