Imagine una tarde cualquiera en un centro comercial. Está viendo productos y encuentra un nuevo café orgánico. Le atrae comprarlo, pero desconfía un poco. Entonces, saca su teléfono celular, apunta al producto y toma una fotografía justo adonde va el código de barras. En segundos, gracias a una conexión instantánea con internet, ya sabrá si de verdad es orgánico, toda su composición nutricional, lugar de procedencia y hasta una foto del lugar exacto donde se sembró el café.
Y ya es realidad. Se logra en Japón, y se espera que esta tecnología, gracias a la cual el celular puede leer código de barras, llegue a nuestros dominios en algo más de un año. Así, las expectativas de usar el teléfono para decenas de actividades antes impensables siguen creciendo.
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