Según estudios nacionales, la oficinista, esposa, madre y ama de casa es más adicta al celular que el hombre, pues realiza más tareas en un solo día. Mientras que el varón sólo lo usa para el trabajo, la fémina lo emplea para comunicarse con hijos, esposo y jefe.
El estudio advierte que el 82,5% de las mujeres usa el teléfono celular, contra 69,8% de los hombres, para quienes en su mayoría sólo es una herramienta laboral y a veces de entretenimiento.
Las teorías dicen que la mujer moderna desempeña más roles, “tiene más obligaciones”, por lo que la necesidad de tener un medio de comunicación como el celular se vuelve indispensable para comunicarse con su familia, amigos y trabajo. Así es como en Santiago del Estero circulan una gran cantidad de teléfonos móviles, muchos de ellos en manos de las mujeres.
En cambio, aunque, en general, el hombre también es padre, esposo y trabajador, en muchos casos sólo atiende su profesión y deja el cargo de los hijos y hogar a su esposa, quien encontró en el celular un medio ideal para atender todas sus obligaciones.
Es así como la mujer es más vulnerable a depender del celular, aparato que en un inicio satisfacía la necesidad de comunicarse en cualquier lugar y momento, pero cuyo uso excesivo hoy se ha convertido en una mal tan grave como el alcoholismo.
Los expertos recomiendan apagar el teléfono móvil en casamientos, reuniones de trabajo, en clase o en el cine y lograr desprenderse del mismo.
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viernes, 20 de febrero de 2009
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