Publicado el: 25-Abril-2008
Cuando adquirí mi primer celular era toda una novedad y poca gente lo traía. Daba hasta un poco de pena y un amigo me decía: “Para qué lo quieres, eso es sólo para ejecutivos”.
Una vez que adquieres un celular eres su prisionero, perdiste privacidad y se te dificulta encontrar momentos para disfrutar de la soledad. Estás localizable para trabajar todo el tiempo: a la hora de la comida, la del descanso y en el cine. Ya no puedes convivir tranquilo con tus seres queridos.
nota original y mas informacion aqui
viernes, 25 de abril de 2008
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