Los empleados de las cárceles de todo el país están tratando de eliminar los teléfonos celulares de las celdas.
Los estados de Maryland y Virginia incluso han comenzado a usar perros capaces de detectar teléfonos escondidos debajo de las medias, en libros y en colchones. Otros estados tienen leyes que castigan a los guardias y visitantes que suministran celulares a los reclusos.
Los presos usan los teléfonos para llamar a parientes y amigos. Pero también para dirigir actividades ilícitas, coordinar fugas o disponer represalias contra otros reclusos, según señalan las autoridades de los penales.
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sábado, 4 de octubre de 2008
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